Carmen Soto: “Me he sentido discriminada porque además de ser mujer, no provengo de una familia pescadora”

Ser mujer en un sector aparentemente masculino no es una tarea fácil. La falta de información y educación, la inexistencia de referentes y el sexismo que siempre ha acompañado al mundo laboral han provocado una escasa representación del colectivo femenino en sectores masculinizados como el portuario. En el colegio nunca se hablaba de ser pescadora, remolcadora, amarradora, estibadora, ingeniera naval o agente de aduanas ni tampoco se estudiaba a Ángeles Alvariño, Mary Patten, Marie Tharp, Jeanne Baret o Sylvia Earle.

Sin embargo, mujeres como Carmen Soto Barrera han roto los esquemas establecidos. Su gusto por el buen pescado se transformó en una curiosidad por la mar que la llevó a convertirse en patrona local de pesca profesional. Actualmente, son dos patronas de pesca local pertenecientes a la isla de Tenerife las que llevan más de diez años ininterrumpidos en las Islas Canarias dedicándose a este sector.

Las profesiones de este colectivo en el mundo de la pesca se establecen en puestos de administrativas, secretarias de cofradías o cargos dentro de las cooperativas, sin embargo, un oficio como el de patrona de pesca aún no está visibilizado. “Me he sentido discriminada porque además de ser mujer, no provengo de una familia pescadora. Muchas veces soy la cabeza visible en multitud de actuaciones feministas, medioambientales, de educación y en la lucha del sector, por lo que soy un blanco fácil para que se me vea”, afirma Carmen. Esto ha provocado que muchas veces “cualquiera se crea con el derecho de ejercer una opinión sobre mí”.

El camino que llevan las mujeres en este sector está repleto de obstáculos. Así lo comenta Carmen, quien reconoce que sus principales piedras en el camino han sido las oportunidades: “Para poder acceder a un barco de pesca lo hice, por primera vez, junto a mi expareja porque si no hubiera sido casi imposible acceder a un puesto. Una vez me dieron la oportunidad de demostrar cómo y cuánto trabajo, abrir las alas e irme a otros barcos fue más sencillo”.

La educación como base de la igualdad

Construir el faro que guíe a los barcos hasta el puerto de la igualdad en el mundo laboral es un cometido que sienta sus bases en la educación. Para Carmen, es fundamental que “dejemos de sexualizar los trabajos. Así se empezará a cambiar la mentalidad y dejaremos de hablar de trabajos de hombres y de mujeres”. La clave no es otra que enseñar a las nuevas generaciones que las niñas en el futuro también pueden acceder a profesiones como pescadora, estibadora, obrera, camionera o directiva de compañías.

Y en esa senda es en la que se encuentra Carmen Soto. Aunque ella no se ve como un referente, sí considera que es una persona que puede mostrar al mundo que la pesca es una oportunidad. “Me gustaría que las mujeres conozcan más sobre este mundo y quién sabe, si yo me apasioné después de los 20 años, nunca es tarde”, afirma. La pasión por su trabajo facilita que Carmen se plantee dar visibilidad a un sector que se encuentra en la sombra porque como ella comenta: “Si lo hubiera conocido antes, quizás hubiera sido mi primera opción a la hora de estudiar y trabajar”.


Mujeres a bordo: zarpando hacia la igualdad

Durante las últimas décadas, la mayoría de las profesiones vinculadas al mar han sido predominantemente masculinas. Y aunque las mujeres siempre han estado en los puertos de Canarias, su presencia ha sido silenciada e invisibilizada. Hoy, sin embargo, se puede decir que cada vez más mujeres están asumiendo puestos de trabajo que antes se limitaban a los hombres. Detrás de estos logros está el esfuerzo de miles de trabajadoras del sector marítimo y el empeño de organizaciones y entidades, como Factoría de Cohesión, por crear políticas de igualdad y garantizar equipos de trabajo comprometidos.

Han pasado más de tres décadas desde que la Organización Marítima Mundial (OMI) lanzó su programa de género, que tuvo sus inicios en 1988. Desde entonces, se ha fomentado tanto la formación como la incorporación de mujeres a puestos en el sector marítimo, ya que eran muy pocas las instituciones de formación marítima que abrían sus puertas a las mujeres. Este programa, conectado con la Agenda 2030 de la ONU para los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), tiene como origen el Objetivo 5: ‘Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y niñas’. A pesar de estos esfuerzos, en 2019 las mujeres representaron solo el 2% de un total de 1,2 millones de la plantilla en el sector marítimo mundial.

En los años sesenta en Canarias, las mujeres, quienes pescaban ocasionalmente o vendían los productos a nivel local, se convirtieron en el sustento familiar y el eje de supervivencia en el ámbito marítimo, tanto para las familias como para la economía de los puertos. Esta desigualdad simbólica y estructural que afecta de lleno a las mujeres se correspondía con la división de espacios también en tierra, al estar relegadas de la capacidad de formarse y orientarse hacia el empleo en los puertos a centrarse en ámbitos de secretariado o limpieza.

Está en nuestra mano blindar las políticas de igualdad referidas a los puertos, que no se limiten a ser ‘papel mojado’ y desarrollen el empleo azul como una oportunidad más para ellas, sin discriminación de género. Por ello, el Plan de Igualdad de los Puertos del Estado y Autoridades Portuarias a nivel nacional, creado el de 6 de junio de 2011 pretende ser un primer instrumento destinado al cumplimiento efectivo de la igualdad entre mujeres y hombres. Y es que es fundamental transmitir y dar a conocer que los puertos de las islas tienen mirada de mujer.

 


Un Puerto Violeta desembarca en los puertos de Canarias en busca de la igualdad

La presentación del proyecto ha tenido lugar esta mañana en la sede principal de la Autoridad Portuaria de Las Palmas de Gran Canaria, a la que han acudido representantes de las diferentes entidades que lo han hecho posible

La Autoridad Portuaria de Las Palmas de Gran Canaria acogió en la mañana de hoy el acto de presentación del proyecto Un Puerto Violeta, presidido por el presidente de la Autoridad Portuaria de Las Palmas de Gran Canaria. Al acto también acudió el delegado de presidencia de la Factoría de Cohesión, la viceconsejera de Economía del Gobierno de Canarias, la Consejera de Igualdad del Cabildo de Gran Canaria, la Concejala de Igualdad del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y la directora de la Cátedra PORMAR y Catedrática de la ULPGC. En sus discursos destacaron la importancia que tiene seguir apostando por la igualdad en todos los ámbitos, especialmente en los puertos de las islas, un sector tradicionalmente masculinizado y con mayoritaria presencia de hombres.

Un Puerto Violeta es un proyecto de la Factoría de Cohesión que se comenzó a llevar a cabo hace dos años en Santa Cruz de Tenerife, teniendo una gran acogida por las mujeres portuarias y por las empresas del sector. Este año, con la colaboración y apoyo fundamental del Gobierno de Canarias, la Autoridad Portuaria de Las Palmas de Gran Canaria, el Cabildo de Gran Canaria, el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y la Cátedra PORMAR de la ULPGC, el proyecto ha adquirido un nuevo carácter autonómico, ampliando su ámbito de actuación a toda Canarias.

Alberto Dieter, de la Factoría de Cohesión, destaca “la implicación y buen hacer que todas las administraciones colaboradoras y patrocinadoras están haciendo a favor de la igualdad, haciendo hincapié en la búsqueda de igualdad en los puertos”. Para el delegado de presidencia de esta entidad “era una materia que el sector tenía pendiente para con las mujeres que forman y han formado parte de la historia marítimo-portuaria de Canarias, ya que han sido ellas, en gran parte, las que han hecho que los puertos de las islas sean como los conocemos en la actualidad”.

Un Puerto Violeta 2020, que se comenzó a desarrollar a finales del pasado mes y que se desarrollará hasta finales de marzo en Tenerife y Gran Canaria, supone una apuesta clara por dar a conocer la nefasta situación que sufre la igualdad en los puertos de las islas. Las profesiones desempeñadas en estos entornos se han visto como profesiones “para hombres”, y la presencia de las mujeres se reduce tristemente a labores de limpieza y mantenimiento de las instalaciones, administración, secretariado y asistencia en general.

La situación actual de la incorporación de la mujer en los sectores portuarios de Gran Canaria tiene muchos aspectos mejorables. Según estimaciones desarrolladas por La Factoría de Cohesión a través de un sondeo a diferentes representantes de empresas portuarias, las cifras de contratos femeninos en actividades vinculadas al sector portuario arrojan cifras de en torno al 15% de inserción femenina, aunque estas cifras varían bastante en función del ámbito de actividad. Todos estos datos ratifican la importancia de que estas administraciones colaboren estrechamente de forma conjunta para erradicar esta problemática y avanzar juntas hacia un futuro igualitario en los puertos de Canarias.


¿Quiénes somos?

Un Puerto Violeta es el proyecto de igualdad de la Factoría de la Cohesión. Este proyecto, que se inició en 2018, surgió como resultado de que el equipo de la Factoría de Cohesión se percató de la mayoritaria presencia masculina frente a la poca o nula presencia de la mujer en la comunidad marítima portuaria.

Así mismo, la entidad se dio cuenta de que existía una notable discriminación profesional por sexos. En la sociedad actual, esta entidad sentía la necesidad de velar por la presencia y libre inclusión de la mujer en todos los ámbitos es fundamental.

Nuestro proyecto busca aumentar la presencia de la mujer en el entorno portuario, así como promover la corresponsabilidad de todos los sectores para mejorar la calidad de vida de mujeres en el puerto. Del mismo modo, se busca potenciar la necesidad de instaurar planes de igualdad en las entidades del entorno marítimo portuario, ya que es completamente necesario que haya una igualdad real entre mujeres y hombres. Por otro lado, también queremos visibilizar a las mujeres vinculadas a este entorno, tanto del pasado como del presente.

El proyecto está liderado por Irene Delgado Valentín, una mujer Historiadora del Arte, Promotora de Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Hombres y Gestora de Proyectos Culturales, actualmente cursando el Máster Universitario en Investigación Aplicada a Estudios Feministas, de Género y Ciudadanía por la Universidad Jaume I.

El punto de partida lo tenemos definido, déjanos demostrarte lo que podemos hacer:

Desde el equipo de Un Puerto Violeta tenemos perfectamente claro lo que queremos hacer: aumentar la presencia de la mujer en el entorno portuario, promover la corresponsabilidad en materia de igualdad, visibilizar a la mujer del pasado, del presente y del futuro.

Estás líneas de acción las haremos elaborando estrategias para la consecución efectiva de la igualdad, ejecutando proyectos multidisciplinares y promocionando la igualdad como principio básico y transversal.

Nuestros objetivos principales son: formar al estudiantado de la zona del litoral en materia de igualdad, promover al estudiantado femenino conductas proactivas en la búsqueda de empleo en los distintos sectores profesionales del Puerto; fomentar una mejora de políticas de igualdad en las empresas y entidades de la ciudad mediante charlas, debates y acciones formativas; velar por que las empresas y entidades de la ciudad y del puerto tengan formación en relación con el acoso por razón de sexo; concienciar sobre las dificultades existentes para la mujer a la hora de su incorporación al entorno profesional portuario y colaborar en su promoción; difundir la historia de la mujer que se ha desarrollado en el entorno portuario, por medio de paneles, folletos y acciones publicitarias en general. En definitiva, visibilizar a las mujeres que desarrollan su actividad laboral entorno al puerto; crear y difundir un sello de compromiso al que se acojan todas las personas, entidades, administraciones y colectivos que quieran sumarse a trabajar día a día por conseguir Un Puerto Violeta.

Naveguemos juntas, el puerto también es nuestro.